sábado, 3 de abril de 2010

Pequeño Rapaz

Tus ojillos negros con cara de diablura me miraron lejanos cual extenso claro de luna
Te miro y no creo, que me hayas robado
Pequeño ladrón, ya te has escapado.
Me dio mucha pena atraparte, qué faena;
Sin embargo chiquillo, en tus ojos hay un brillo:
¿Debería quitarte mi cartera de tus manos sucias, ladrón?
¿Quitar la alegría de este pequeño niño-ratón?
¿Negarte la comida, dejar pasar tu huida, como veterana tarada, la cual al robarle quedó pasmada?
No, niño callejero.
Se que vives en un chiquero.
Aún así vuelvo a preguntarme: ¿Obré bien al dejarte escaparte...?

3 comentarios:

  1. Dedico esto a todos los niños ladrones, y las mujeres bondadosas del Uruguay.

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  2. Cuán emotivas y sinceras tus palabras, Martha!
    Siempre tan comprometida de la realidad, tan enamorada de la vida... una vez más resalto mi admiración hacia tí, querida.
    Afectuosamente, Su.

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  3. Martha, dejas un sentir muy profundo en los bellos versos de tu poema, gracias por compartir.
    Saludos afectuosos.
    Leonor

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